martes, 11 de agosto de 2009

La forma Representativa, Republicana y Federal

Por Mario Leandro AIMAR

Comencemos por algunas definiciones simples: República (del latín res publica, «la cosa pública, lo público»). En un sentido amplio, es un sistema político de gobierno caracterizado por la representación de toda su estructura mediante el derecho a voto. De esta manera, el electorado (o cada individuo que lo constituye) forma la raíz última de su legitimidad y soberanía, presuponiendo esencialmente que todos los individuos, independientemente de la clase social a la que pertenezcan, son iguales en su calidad para elegir y poseen los mismos derechos y obligaciones ante la ley.
Tradicionalmente, se ha definido la República como una forma de gobierno por la cual los países en los que el pueblo tiene la soberanía o facultad para el ejercicio del poder, delega en representantes elegidos a través del voto popular, el ejercicio de dicho poder o lo que es similar, la administración de «lo público». De esta manera, establecemos de manera general lo que es un sistema republicano y representativo.
Debemos remarcar entonces que ambos términos son inseparables el uno del otro. Más aún, podemos realizar una asociación directa de ambos a la concepción de Democracia y formar una tríada para acentuar nuestra definición: República-Representación-Democracia o viceversa.
Por esta razón, entonces, debemos comprender que “Un montón de gente no es una República”, como asevera, con justa razón, Aristóteles.
Una república es un sistema de gobierno independiente de los vaivenes políticos, incompatible con tiranías, monarquías y autocracias en la cual tanto los gobernantes como los gobernados se someten por igual a un conjunto de principios fundamentales y básicos que normalmente se encuentran establecidos en una ley suprema que ordena el funcionamiento de la República. Esta ley suprema es la Constitución y ella dibuja el primer trazo rector del modelo de país que se trata de establecer.
En nuestro caso particular, el artículo primero de Nuestra Constitución Nacional establece:
Art. 1º.- La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana y federal…
Ahora bien, definamos Federalismo: es una doctrina que busca que una entidad política u organización esté formada por distintos organismos (Estados, asociaciones, agrupaciones, sindicatos, etc.) que se asocian delegando algunas libertades o poderes propios a otro organismo superior, a quien pertenece la soberanía, (Estado federal o federación) y que conservan una cierta autonomía, ya que algunas competencias les pertenecen exclusivamente. De manera resumida, el federalismo es un sistema político en el cual las funciones del gobierno están repartidas entre un poder central y un grupo de estados asociado. En nuestro caso particular: las Provincias que componen la Nación Argentina.
Un sistema Representativo, Republicano y Federal, como forma de gobierno, trata en definitiva, no solo de ordenar todos los procesos de gestión inherentes al Estado sino de establecer un sistema articulado que evite, mediante el cumplimiento estricto de las normas básicas establecidas en la Constitución, que el poder delegado por el soberano (el pueblo) a favor de sus representantes, se convierta en una tiranía, monarquía o autocracia u otra forma de gobierno en donde no se respete la voluntad popular, o peor aún, donde el ejercicio de dicho poder sea en contra del pueblo o en beneficio personal del que ha sido elegido como representante.
Para ello, el sistema Representativo, Republicano y Federal basa su funcionamiento en tres pilares conceptuales fundamentas a) El reparto del poder entre organismos (el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial), b) la independencia entre sí de estos poderes. Es decir cada uno de ellos es independiente en su funcionamiento de los otros y c) el control cruzado entre ellos.
Hasta aquí, creo yo, no existe a mi humilde entender, una mejor forma de organización política de gobierno, ya que es la única manera de respetar la voluntad popular y hacer que las leyes se cumplan.
A esta altura del presente escrito, muchos de los ocasionales lectores se estarán preguntando a qué vienen estas definiciones que por lo general todos, en mayor o menor medida conocemos. (O, que por lo menos, deberíamos conocer).
No obstante, en los tiempos que corren ha surgido un debate en cuanto a la delegación de poderes (aunque a decir verdad, no es un debate nuevo) Me refiero a. la delegación de funciones del Poder Legislativo (Congreso de la Nación) establecidas de forma inequívoca en la Constitución Nacional, a favor del Poder Ejecutivo (Presidencia de la Nación y Ministerios).
En este punto, deberé remitirme a lo que me enseño mi Padre: “Hijo, cuando uno no conoce el significado de algo, debe necesariamente recurrir al mataburros (diccionario)”. En nuestro caso particular, para comprender de qué estamos hablando, debemos recurrir a la Constitución Nacional. En ella se establece lo siguiente:
Art. 29.- El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.
Art. 75.- Corresponde al Congreso:
1. Legislar en materia aduanera. Establecer los derechos de importación y exportación, los cuales, así como las avaluaciones sobre las que recaigan, serán uniformes en toda la Nación.
2. Imponer contribuciones indirectas como facultad concurrente con las provincias. Imponer contribuciones directas, por tiempo determinado, proporcionalmente iguales en todo el territorio de la Nación, siempre que la defensa, seguridad común y bien general del Estado lo exijan. Las contribuciones previstas en este inciso, con excepción de la parte o el total de las que tengan asignación específica, son coparticipables. Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias, instituirá regímenes de coparticipación de estas contribuciones, garantizando la automaticidad en la remisión de los fondos. La distribución entre la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos Aires y entre éstas, se efectuará en relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas contemplando criterios objetivos de reparto; será equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional.La ley convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, no podrá ser modificada unilateralmente ni reglamentada y será aprobada por las provincias. No habrá transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación de recursos, aprobada por ley del Congreso cuando correspondiere y por la provincia interesada o la ciudad de Buenos Aires en su caso. Un organismo fiscal federal tendrá a su cargo el control y fiscalización de la ejecución de lo establecido en este inciso, según lo determine la ley, la que deberá asegurar la representación de todas las provincias y la ciudad de Buenos Aires en su composición.
3. Establecer y modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables, por tiempo determinado, por ley especial aprobada por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara.
8. Fijar anualmente, conforme a las pautas establecidas en el tercer párrafo del inciso 2 de este artículo, el presupuesto general de gastos y cálculo de recursos de la administración nacional, en base al programa general de gobierno y al plan de inversiones públicas y aprobar o desechar la cuenta de inversión…
Teniendo en cuenta las definiciones de la introducción y leyendo detenidamente estos artículos de la Constitución surge de manera natural una pregunta ¿Por qué discutimos algo que no debería ser discutido?
Quizás los lectores puedan argumentar a favor o en contra de la delegación de facultades y obviamente cada uno tendrá sus argumentos de peso para defender su postura.
No obstante, yo pregunto: ¿Maquiavelo tenía razón en aseverar que el fin justifica los medios? ¿O simplemente como Argentinos que somos, no estamos acostumbrados a respetar las leyes y siempre las distorsionamos según alguna momentánea y cortoplacista conveniencia?.
¿Cuándo entenderemos que el respeto irrestricto de la Constitución es el único camino posible para formar una Nación Soberana, Próspera, Justa y Equitativa?.
Es hora de que los argentinos nos consagremos a trabajar en la creación de un sistema político adulto y racional, que erradique definitivamente los resabios de autoritarismo, de politiquería barata y demagogia y de visión cortoplacista que envenenaron, casi de manera constante, nuestra historia. De esta manera, podremos recién ponernos a discutir qué modelo de País queremos. Pero esto, creo yo, es indispensable hacerlo siempre con la Constitución en la mano.

Otras naciones de nuestro sector continental han podido hacerlo. Solo basta con observar a nuestros vecinos más cercanos. La Argentina está en condiciones de asumir en plenitud su destino republicano, representativo, federal y democrático. No hay excusas para que sigamos demorando nuestro encuentro del camino correcto. El Bicentenario nos viene empujando.


Mario Leandro Aimar.

lunes, 10 de agosto de 2009

MODELO DE PAIS

En los últimos tiempos ha cobrado vigencia la discusión sobre el “modelo de país” que requerimos los argentinos.

Veamos que tenemos y de que somos capaces y podremos respondernos.

Tenemos un cierto grado de desarrollo científico y tecnológico: somos capaces de producir autos, camiones, locomotoras, vagones. Maquinarias de complejidad diversa. Aviones. Energía nuclear. Enriquecimiento de uranio. Reactores. Usinas atómicas. Motores. Turbinas. Sistemas hidráulicos. Equipamiento médico. Instrumentos. Medicamentos. Desarrollos genéticos en humanos, animales y plantas. Alimentos. Equipamiento industrial diverso. Plantas elaboradoras de alimentos y bebidas. De transformación láctea. De producción de aceites. Frigoríficos. Construcciones civiles de envergadura. Carreteras y autopistas. Represas. En fin, de todo un poco.

Si estuviésemos viviendo en Neuquén, Chubut o Santa Cruz, podríamos pensar en un modelo petrolero. En Mendoza o San Juan, en la producción de vid y vinos. En Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero, en producción de cereales, ganado y alimentos en gran escala. En La Rioja y Catamarca, en el olivo y en la fruticultura. En Tucumán, en azúcar y cítricos. En Salta y Jujuy, en productos tropicales. En Chaco, Formosa y Misiones, en madera. En Corriente y Entre Ríos en producción ganadera y cultivos diversos. En la extensa Patagonia, en la pesca y en la lana y carne ovina. En Río Negro, en sus frutas exportables.
Habría que sumar obviamente, en todos esos lugares, las producciones secundarias.

Más de la mitad del territorio tiene encantos turísticos.

Disponemos de una inimaginable riqueza en el subsuelo, prácticamente inexplorado, pero somos concientes de que tenemos oro, uranio, plata, wolframio, y diversos minerales que prácticamente no han sido explotados.

Tenemos miles de kilómetros de plataforma submarina.
Una porción de Antártica y algunas isalas australes nos pertenecen.
Las Islas Malvinas en discusión.

Poseemos importantes fuentes de energía hidráulica; reservas de gas y potencial eólico y solar. Además de un potencia enorme en biocombustibles.

Disponemos de agua dulce superficial en casi todo el territorio, e importantes cauces subterráneos provenientes de la cordillera.

Vías fluviales navegables que recorren todo un costado del territorio.


El “modelo de país” no podrá ser otra cosa que la armonización racional y eficiente de la diversidad productiva regional. Los países tienen un “modelo” simple cuando dependen de una fortaleza dominante.
En nuestro caso las fortalezas están regionalizadas. Y todas requieren de inversión y desarrollo.

Necesitamos infraestructura (carreteras, autopistas, ferrocarriles, flota mercante, líneas aéreas) que comuniquen a las regiones entre sí y con el mundo y permitan el transporte e intercambio productivo.
Requerimos desarrollo industrial sostenido para incorporar valor agregado.
Debemos desarrollar capacidad gerencial para saber comercializar en el mundo nuestras producciones.
Debemos aumentar la educación en todas las capas sociales. Formar técnicos. Especialistas.
Necesitamos simplificar las reglas y eliminar a las corruptelas que traban a la producción y al comercio.
Debemos recuperar la ideología del trabajo honesto y superar las fórmulas del facilismo individualista.
Debemos tributar sin trampa, y controlar que nuestro tributo se convierta en obras.

Nuestro “modelo de país” no puede ser simple.
No es viable jugarnos cara o cruz a una riqueza coyuntural, como fue alguna vez la carne y es ahora la soja.
Al país debemos resolverlo región por región, producción por producción. Y hacerlo viable para todos. Y esencialmente justo.

Cambiemos la palabra: no hablemos más de “modelo”. Es un término reduccionista. Hablemos mejor de “plan”. Eso sí, necesitamos un plan. Un plan integral.
Un plan que abarque a todas las regiones. Con sus debilidades y fortalezas. Con sus problemas específicos. Debemos estudiar todos y cada uno de esos problemas. Debemos construir las mejores soluciones. Compatibles con los recursos naturales y con el medio ambiente. Armónicas con el desarrollo social.

Esto es lo que tiene que hacer la política, con pluralidad de ideas y participación de todos los sectores.

viernes, 31 de julio de 2009

El tema federal - Parte 3

Para entrarle al tema federal, he pensado conveniente repasar algunas historias. Los jóvenes que lo han leído me lo han agradecido, ya que dicen haber leído poca historia, y el material de los links les ha gustado.



Insisto entonces.



Seguimos, esta vez con la historia de Facundo Quiroga:


http://www.elortiba.org/facundo.html

domingo, 26 de julio de 2009

Un homenaje a Evita

Han pasado, hoy, 57 años de la muerte de Evita.

Y su presencia sigue vigente.

Recuerdo otros aniversarios... desórdenes por todos lados.

Los muchachos "de la izquierda" celebrando la revolución cubana, nosotros ambas cosas.
La rebeldía estaba viva.
Estábamos vivos. Quizá apresurados, pero vivos.

Me pregunto: Se han superado las causas para sentirse rebeldes?

Hoy mismo, un diario local que no puede tildarse de amarillista, publicó: en Córdoba, el 37% de los niños (algo más de 50,000) pasan hambre. Y agregaba: el doble que el % nacional. Es decir que en la Argentina el 20% de los niños pasan hambre ...

Acabo de leer otro título: el f'río dejó más de 30 muertos .... la mitad intoxicados por monóxido de carbono, el resto por hipotermia ... los que viven en la calle.

Me gustaría homenejear a Evita con un poco más de rebeldía.

El tema federal - Parte 2

A los que les interesó la nota de Fermín Chávez, y les picó (como a mí) la necesidad de repasar aquellas historias de los caudillos, tan bien disimuladas durante nuestra educación, tras las figuras ilustres de Sarmiento y Mitre, les paso este link , extenso, sin desperdicios, hasta con canciones de Cafrune, que se puede leer por partes, o de a poco, como yo acabo de hacerlo, durante tres horas angustiadas (angustia por tanto olvido y distracción).

http://www.elortiba.org/chacho.html

No me culpen si les quité algunas horas de sueño.

viernes, 24 de julio de 2009

El tema federal - Parte 1

Este es un tema que merece mucha reflexión y debate.
No es conveniente reducirlo a los tiras y aflojes de la coyuntura, que en el marco de las actitudes políticas actuales es usado más como artificio para consolidar poderes caudillistas que por la verdadera necesidad de resolver, en el marco de las grandes asimetrías, las injusticias que se arrastran a lo largo de toda la historia nacional.

Por eso, creo que conviene que todos nos dediquemos un poco a reflexionar la cuestión histórica. Y como aporte inicial les propongo lean el contenido de este link:

www.elforjista.unlugar.com/fermin.htm

Además agrego un dato: saben que edad tenía el Chacho Peñaloza cuando luego de una inacabable persecución fue lanceado, fusilado, degollado.... y puesta su cabeza en la pica?

SETENTA AÑOS.

Un verdadero desafío para todos nosotros: todavía nos queda mucho por hacer.

domingo, 12 de julio de 2009

EL TEMA SOCIAL

EL TEMA SOCIAL

El enorme desequilibrio social, económico, cultural, que existe en nuestro país, merece algunas reflexiones, como para comenzar a discutirlo.

1) No se trata tan solo de un problema de distribución de la riqueza. Ese es uno de los principales componentes. Y no es fácil de resolver. Hasta el presente no se han podido superar las políticas de subsidios. Que son totalmente aceptables pensadas como una solución transitoria. Muchos dirigentes políticos incluyen en sus discursos la promesa o desafío de generar gran cantidad de “puestos de trabajo”, concebidos en un imaginario proceso de instalación de “grandes fábricas”, como las hubo en el pasado. Todo eso es imaginario. En la era post industrial no existe esa salida. Posiblemente sea un proyecto mucho más serio y realista promover la diversificación productiva, basada en las fortalezas regionales. Esto puede lograrse con políticas activas del estado sostenidas por varios años. Este “modelo de desarrollo” tiene además muchas ventajas complementarias, una de las principales: evitar el éxodo interno hacia las grandes ciudades.

Algunos de los que participamos en esta acción política estamos tratando de impulsar también una Asociación Civil: el Grupo Regiones, como un instrumento técnico para promover el desarrollo y la diversificación productiva regional.

Volviendo al tema del “empleo”, creo que vale la pena iniciar un análisis o estudio sobre, por ejemplo, cuales son las competencias que debieran lograr los sectores actualmente marginados para acceder a las nuevas posibilidades de trabajo que propone el actual sistema productivo de bienes y servicios. Ese estudio puede conducirnos a la posibilidad de hacer “algo directo”, para colaborar con esos sectores.

2) Una reflexión ideológica (doctrinaria, decimos los peronistas) que debemos hacer sobre el “tema social”. La economía neoliberal “nos acostumbró” a la idea de que la pobreza es necesariamente estructural, como producto de la transformación económica de la sociedad post industrial. Algo así como que la sociedad se divide –en principio- en dos grandes grupos: los que pueden integrarse y los marginados. Los primeros mantienen la ilusión del ascenso vía competencia, los segundos, van integrando –sin posibilidades- el submundo marginal. Nosotros, integrantes clásicos de la clase media con acceso a la educación, fuimos perdiendo el sentido solidario que poseíamos cuando la división de clases era entre categorías más cercanas. Nos fuimos alejando de los pobres. Fuimos aprendiendo a no verlos. O, en últimas, a aceptarlo como un problema insalvable.
Es decir: nos convencieron. La lucha por nuestra propia subsistencia nos distrajo totalmente sobre ese problema tremendo que hoy abarca un porcentaje no menor al 30% de nuestra sociedad.

Desde nuestra condición de peronistas (justicialistas), debemos sobreponernos a esas actitudes individualistas y comenzar por tomar conciencia del problema, para luego pasar a la búsqueda de caminos de comunicación primero, y de acción solidaria después. Cada día se hará más difícil recuperar el sentido de la solidaridad. No faltan pregoneros que tomando como ejemplo temas como la inseguridad, la violencia, o la droga, proponen mecanismos para aumentar la segmentación social, para separar aún más a esos dos grandes universos. Los barrios cerrados, los countries, los clubes privados se multiplican como verdaderas ciudades feudales. Hay quienes proponen “armarse” para defenderse. Verdaderas murallas medievales.

La Doctrina Justicialista propone lo contrario: el acercamiento de las clases sociales. La integración mediante culturas abiertas al diálogo. Con distancias socioeconómicas mucho menores a las actuales.

Los militantes peronistas debemos recuperar esas conductas que nos caracterizaron en el pasado. No es una empresa fácil. Pero es indispensable para construir una sociedad mas justa , más digna.

Esta ruptura de la sociedad es una de las mayores causas de la inseguridad y de la violencia que escandalizan a los sectores altos y medios.

3) Algunas Acciones: En primer término me parece que debemos situar una “lucha cultural” dentro del movimiento. Exigir a nuestros representantes que asuman un discurso acorde a las pautas doctrinarias expuestas. El actual discurso repite hasta el cansancio conceptos vinculados al crecimiento económico; a las inversiones de capital que llegan o no llegan; a las políticas de apoyo a las PyMES; a la educación (en abstracto); etc. Pero soslayan la cuestión social profunda, la tratan superficialmente. No basta decir que hay que redistribuir la riqueza: hay que diseñar mecanismos para hacerlo. Debemos también iniciar una campaña de concientización social, que apunte al acercamiento y a la integración. Debemos hablar con nuestros hijos y con los amigos de nuestros hijos; con los vecinos; en todas partes contraatacar el discurso reaccionario. Actuar con esas consignas a través de los medios de comunicación; invitar a que se expresen los intelectuales, los funcionarios., en fin, dar batalla.

Mientras tanto debemos alaborar ideas y acciones concretas.

EL TEMA ESTA ABIERTO.
Carlos Debandi